¿Han cambiado de nombre los montes?
¿Han cambiado de canto los ríos?
¿Han sido Cóndor y roble partidos de esta angustia?
¿O hay tras el yarumo un solo dios, frío e interminable?
Tripas con sabor a piedra sucia,
a canciones viejas y quebradas rotas.
Uñas rebosantes con el mugre de esta tierra,
mugre rebosante con el río de mis venas.
Dulce batalla perdida,
mi triste país de fantasmas.